En medio de sospechas, confusión, rumores y mucho temor, las autoridades de varios países latinoamericanos y de España investigan un misterioso juego virtual conocido como “La ballena azul” que incita al suicidio entre adolescentes. De la generalizada preocupación dan cuenta informaciones de las agencias DPA, Télam y diversos portales de noticias.
El origen del juego no está muy claro, lo que lleva a toda clase de conjeturas. El Ministerio Público (Fiscalía) de Brasil atribuía las primeras informaciones a una noticia -que luego se supo que era falsa- surgida en Rusia en marzo del año pasado, que hablaba sobre el suicidio de 130 jóvenes por participar en un juego llamado “La ballena azul”. La información fue desmentida luego. Pero las autoridades brasileñas creen que podría haber servido para el surgimiento del fenómeno en Brasil y otros países de Latinoamérica.
Se supone que el nombre del juego está inspirado en una característica muy particular de las ballenas azules, ya que estas, por voluntad propia, se acercan a las costas para morir.
En América Latina
“Las evidencias en Brasil apuntan a la existencia de grupos en aplicaciones y comunidades y foros en redes sociales que llevan el nombre del juego”, constató el Ministerio Público. Al menos tres muertes ocurridas en diferentes Estados del país están bajo sospecha de tener vínculos con “La ballena azul”.
El fenómeno también se ha reportado en Colombia, donde la Policía estima que unos 3.200 perfiles de Facebook de jóvenes colombianos han participado en el juego.
En Uruguay, el Ministerio de Salud Pública alertó sobre el registro de cuatro casos vinculados con “La ballena azul”. Interpol investiga dos casos en Montevideo y otros dos en el departamento Rivera. En tanto que en Bolivia se conformó un equipo con expertos informáticos para investigar posibles casos en ese país. También la presidenta chilena, Michelle Bachelet, alertó a la población sobre los riesgos que encierra este tipo de prácticas.
En Paraguay se investiga si la muerte de un joven, ocurrida la semana pasada, es parte del juego virtual. El joven se clavó un pincho de asado en el pecho.
En España, la Guardia Civil y la Policía Nacional emitieron una alerta sobre el juego, luego de que se conoció el caso de una adolescente que debió ser internada en Barcelona tras haber jugado a “La ballena azul”.
En Argentina
El psiquiatra y experto en suicidio adolescente Héctor Basile afirmó en una entrevista con Télam que no hay constancia de que el juego mortal tenga seguidores en la Argentina. Lo mismo, dijo, los especialistas están preocupados.
“Hay preocupación y ocupación en el tema. Todo es muy reciente y estamos tomando cartas en el asunto a partir de haber recibido algún dato que nos puso en alerta”, dijo el especialista. El tema fue tratado durante el XXXII Congreso de la Asociación de Psiquiatras Argentinos.
En Tucumán, la psicóloga Alicia Asfora, jefa del Centro Integral de Salud Mental Infanto Juvenil del Hospital del Carmen, comentó a LA GACETA que no han llegado casos vinculados con “La ballena azul”, aunque sí se han registrado otros relacionados con algún tipo de juego o práctica de internet.
Factores que inciden
Asfora describió que son varios los factores que pueden llevar a los adolescentes a involucrarse con este tipo de juegos peligrosos. “Por un lado, el adolescente busca desafiarse a sí mismo, saber hasta dónde puede llegar con esto que ha descubierto como nuevo, que es su independencia. Tiene que ver con ir desprendiéndose de la dependencia de las autoridades, de las más próximas que son los padres”, detalló.
“Por otro lado -agregó- tiene que ver con la identidad, con una necesidad de pertenencia a un grupo, y de identificarse con él, con ese grupo de pares que está haciendo lo mismo que él, sea lo que fuere”.
“Comienza uno, el líder, y difunde el juego, socialmente, a través de las redes sociales, y entonces los chicos sienten que se quieren parecer a ese que asumió el desafío de ser distinto o que muestra que sí puede... De esa manera se van armando las barras, hecho que hoy se percibe más masificado porque hay más tecnología, porque están las redes sociales”, explicó.
“Por último está el factor individual, personal, de ese particular adolescente que tiene que tener ciertas características para involucrarse en un juego peligroso. No se puede hacer una generalización, porque no todos juegan. Probablemente sean chicos que tengan cierta inseguridad, o no cuenten con una base afectiva fuerte, que sufran bastantes conflictos, sobre todo de identidad, de búsqueda de afecto”, subrayó.
La recomendación generalizada para los padres es que comprendan que las redes sociales implican riesgos y que no hay que dejar solos a los hijos, sino enseñarles pautas seguras.
> 50 desafíos
Los participantes comienzan haciendo simples dibujos y terminan mutilándose o matándose
El juego consiste en 50 “desafíos” que un “curador” plantea a los participantes y cuyo objetivo final es que el participante se suicide. Los “desafíos” comienzan con tareas inofensivas, como dibujar una ballena en un papel, pero a medida que avanzan, se tornan más peligrosos. Por ejemplo, se les pide a los participantes que se tallen la ballena en la piel, que se corten los labios, que pasen muchas horas sin dormir, que se automutilen. Deben probar que cumplieron enviando fotos. Los adolescentes reciben mensajes en su teléfono o en Facebook para unirse a grupos cerrados y poder participar en el juego.